El Nuevo Día-
El Partido Nuevo Progresista ha hecho cambios, a su gusto y gana, del ordenamiento electoral para celebrar una consulta en claro beneficio de sus intereses político partidistas, los que anteponen a cualquier cosa, incluso al País, para ir de rodillas a implorar la “bendición real” ante el Congreso de los Estados Unidos.
Hemos visto una campaña de medios sin precedentes luego de que, a instancias del PNP, se revocara la veda electoral. Todo con la única intención de poder despilfarrar millones de dólares de fondos públicos a favor de la estadidad y que cinco jueces asociados del Tribunal Supremo validaron con su determinación mayoritaria.
Sin embargo, en los últimos días de su campaña, han demostrado un claro desespero por sacar a su gente a votar y han reducido su burda estrategia mediática y encapuchada a lo más bajo: “si no votas, pierdes tus beneficios federales”. Una campaña de miedo y mentiras que fomenta el mantengo gubernamental y que va en contra del desarrollo empresarial sostenible y la productividad de nuestra gente.
Pero existe un pequeño detalle. El presidente Donald Trump acaba de presentarle al Congreso de los Estados Unidos un presupuesto en el que se incluyen drásticos recortes para los 50 estados de los Estados Unidos y sus territorios. Entonces, ¿de qué estamos hablando? El PNP, en su afán de pedir la igualdad, le miente descaradamente al pueblo de Puerto Rico.
Como si fuera poco, el Gobierno de Ricardo Rosselló ha estado presentando presupuestos nebulosos ante la Asamblea Legislativa, en un intento de pasar por debajo del radar los recortes drásticos para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, el despido de empleados públicos, la estrangulación de los municipios y el desamparo de las entidades sin fines de lucro. Todo esto con la ausencia de un plan de desarrollo económico agresivo y posponiendo el caos que resultará del mismo para después del plebiscito.
Mientras tanto, el Gobierno no ha hecho nada sobre este asunto. Prefieren irse de “rally” a decir cosas tan ilusas y ridículas como que “ya le huele a nieve”. Esto es un soberano descaro y una falta de respeto al País. Así que, lejos de resolver todos los problemas que tenemos, el plebiscito de goma les rebotará en la cara y el pueblo habrá perdido sobre $7 millones en una consulta inoficiosa. El País no se debe prestar para este engaño. Indígnate y no salgas a votar.
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